Llegaste de madrugada, con lo que te gusta dormir…

Rompiste todos los moldes, super baby de principio a fin.

Morenita, chiquitina, pizpireta media lengua. Charlatana, resalada, amorosísima y tierna.

Me parece que fue ayer que te vi por vez primera, con esa mirada tuya tan profunda, sabia y cierta.

Eres la esencia divina en un cuerpo de princesa. Pequeñita, espabilada, bellísima e inocente.

Te duró poco la infancia, te la robaron sin causa, pero tú fuiste valiente, como has tenido que serlo ahora.

Te lo has puesto bien difícil bendita hija de mi alma. Has empezado la vida con muchísimas agallas.

Aún te queda lo mejor, ver crecer a tu cachorro y disfrutar de tu amor, del tuyo antes que de ningún otro.

Porque el amor verdadero no debe hacerte sufrir, el hombre que a ti te ame, sólo ha de hacerte reír.