Ni la palabra es bonita, suena a llanto y a dolor. Sacrificándote en la vida no llegas a ser mejor.
El sacrificio es antiguo, es denso, es demoledor. No conduce a ningún sitio, sólo te causa pavor. No eres dueño de ti mismo, estás a merced de todos. Y tu inútil sacrificio te pone cara de tonto.
Ya no es tiempo de eso amigo, es antigua esa energía, sálvate de ese castigo y perdónate la vida.
Lacerando tus entrañas sólo obtienes más dolor, libérate de la culpa, no ha habido ningún error. Todo es un aprendizaje, apréndete la lección, suelta de una vez el lastre y aligera el corazón.
No te sacrifiques tanto, no pidas tanto perdón. Procura ser bueno, humilde, risueño y muy juguetón. Conviértete en ese niño que olvidaste en la estación de los sueños, de las risas, donde sólo hay corazón, donde existen los fantasmas sin sábanas ni camisón. Donde todas las estrellas bailan contigo al mismo son. Donde están todos los cuentos, donde siempre hay ilusión, en donde existe la magia, en donde reina el Amor.
Vivir para ser felices y morirnos de ilusión, para eso un dia naciste, no para ser el mejor. Que no te den más medallas que oxidan tu corazón.