Recorrimos caminos imposibles y nuestros pasos los hicieron posibles. Atravesamos montañas que no tenían final.
Conocimos la emoción de creernos invencibles. Pisamos los barrancos pensando que era el final.
La Tierra nos sostuvo, igual que nuestra fuerza, la fuerza que sacamos de no sé que lugar. La fuerza primigenia de la supervivencia. La fuerza que te lanza sin mirar nunca atrás.
Atravesamos todos los puentes imposibles, los ríos desbordados, las piedras gigantescas.
En barrancos eternos dejamos nuestras fuerzas, pero nuestra esperanza sostuvo nuestra esencia.
Nunca desfallecimos, queríamos llegar.
El camino es la Vida, para eso hemos nacido, para superar obstáculos siempre, siempre, hasta el final.
Sin rendirnos a nada, sin llorar por las penas, sin quejarnos por nada, con confianza total.
Cual valientes guerreros pasamos por la vida y el camino de Bolivia nos enseñó a andar.