Apenas suenen las doce campanadas anunciando la muerte del 2021 y el nacimiento del 2022, concéntrate bien e imagina que tienes entre tus manos un globo blanco que has soplado con tu esperanza, imaginando que es el alma de tu planeta, la Tierra, tu Sagrada Madre.
Acaricia ese globo con el mayor amor posible, con ternura, cariño, agradecimiento, admiración y respeto infinito. Siente su actual dolor, su enfermedad.
Desliza tus manos por su superficie blanca, comenzando a limpiarla de todas las escorias que la cubren. Despójala de la polución de sus aguas, de su suelo, de su cielo.
Elimina las acumulaciones de armamentos, a los políticos corruptos, a los dictadores ególatras, a los banqueros deshonestos, a los comerciantes envenenadores, a ciertas religiones convertidas en sectas caducas, a los artistas prostituidos, a las multinacionales vampiras, a los traficantes bandidos, a los multimillonarios avaros acumulando un dinero abstracto…
En fin, elimina todo lo que te parece insano o falso.
Limpia con tus palmas amorosas el hambre, los racismos, las guerras por el petróleo, el gas, los minerales…
Elimina la misoginia implantada por machos perversos, equilibra el sitio de la mujer en la sociedad…
Cuando sientas que has limpiado la esfera-alma de la Tierra, comienza a darle fertilidad, paz, amor sublime, hasta que sientas que tienes entre tus manos un edén…
Danza con esta resplandeciente esfera, a la que sientes latir como un corazón y luego abre una ventana y envíala al exterior para que se eleve y se una con todas las otras esferas que personas conscientes como tú han lanzado hacia ese sueño llamado “la realidad”.
“Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores, no despertar
nuestros fantasmas,
no resucitar nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar a nuestra alma.
Benditos sean los que tocan nuestro corazón con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.
Benditos sean los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen ser generosos.
Benditos sean esos iluminados que nos llegan como un ángel, como colibrí en una flor, que dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse a hacer nido.
Ha llegado el día en que ya te tienes que posicionar.
Sacar a pasear a tu sentido común y preguntarle a tu ombligo, si es que aún sabes dónde se encuentra, qué es verdad y qué es mentira.
Ya has tenido tiempo de escuchar, de leer, de experimentar, de pensar, de discutir, de preocuparte y de ocuparte.
Ha llegado el tiempo de la actuar.
De tomar partido, de seguir tu intuición, de escuchar tu corazón antes de que tu glándula pineal se desconecte, antes de que tu hipotálamo se deteriore, antes de que tu timo se olvide de ti.
Eres un ser inmortal con una misión trascendental.
Escogiste este planeta, elegiste tu camino mucho antes de encarnar.
Llevas aquí desde hace eones y ya no hay vuelta atrás.
Es por eso que tu vida es tan valiosa, mortal.
Eres esa maravilla que puede experimentar el vivir en esta vida sin más carga ni pesar.
No te relajes ahora, esto ya llega al final.
Continúa pues vibrando en Amor Incondicional y expandiendo tu conciencia y conectando con Dios.
Con ese Dios que se esconde dentro de tu corazón.
No nos rindamos ahora, aguantemos el tirón, aunque veas que se rían, quien ríe último ríe mejor.
Tiene ojos y orejas y dientes afilados y lengua viperina y labios agrietados.
Tiene hambre de sangre y sed de discusión. Con oscuros recursos defiende su razón.
No puedes enfrentarte al bicho sin herirte, no dispones de armas, te saldrán cicatrices.
Al bicho se le vence sólo con el Amor, con el humor discreto y con la compasión.
El bicho ya está herido, anda descabezado. No se tiene respeto, ya no va con cuidado.
Se quedó sin palabras, ya no tiene argumentos. El bicho es una farsa, un maltrecho esperpento.
Dale las buenas noches, déjalo que se vaya, ya no es bien recibido en tu sagrado templo. El bicho es el pasado sombrío, desatado. El bicho está podrido, el bicho ya está muerto.
Envíalo a la Luz, transmuta su mirada, acaricia su alma y deséale suerte.