EL TIEMPO DE LAS ABUELAS

Por las tardes, antes del anochecer, en ese rato inconcreto donde no hay nada que hacer, más que pasar bien el tiempo, yo me acuerdo de mi abuela, la que cosía y cantaba y sus penas aliviaba.

El tiempo de las abuelas que vestiditas de negro, enjutas y encorsetadas, preparaban la merienda cuando volvías de la escuela.

Escuchábamos la radio junto a ellas y, sin entender casi nada, nos tragábamos historias de mujeres maltratadas.

Y las abuelas cosían, algunas mientras lloraban, porque se quedaron viudas por las guerras amañadas. O porque sus maridos, a fuerza de trabajar, se habían muerto de frío, de asco o de enfermedad.

Las abuelas de mi infancia eran abuelas muy sabias, tenían muchos redaños y muy pocas esperanzas. Pero nos dieron amor, calor, humor, ricas papas, nos dieron su corazón y os llevamos en el alma.

Gracias austeras abuelas, de los tiempos de postguerra, honramos vuestro camino y sanamos el destino para que, jamás mañana, ninguno de vuestros nietos vuelva a sufrir tantas desgracias.

TE VOY A CONTAR UN CUENTO

Te voy a contar un cuento, un cuento corto, bonito, sincero.

Un cuento para adultos que se sienten pequeños.

El cuento de las ‘labus’ que creen en los misterios, y que viven la vida sin miedo a fracasar.

Un cuentito fresquito, que no produzca sueño, que aligere el verano y caliente el invierno.

Un cuento que te ayude a mirar como un niño, con mirada inocente y certeza total.

Donde brujas y duendes, y gnomos y princesas, bailan las danzas viejas de la sabiduría ancestral.

Te cuento que me siento volar, soy un cometa de colores eternos, con música celestial.

Te cuento que, de noche, cuando no tengo sueño, me meto en tu cerebro y te invito a bailar.

POR TODOS TUS POROS

¿No te pasa que notas la energía por todos tus poros?

¿Que de pronto y sin motivo se acelera el corazón, se te emborracha el ombligo, te desborda la intuición?

¿No sucede que te sientes de pronto un poco superior?

¿Que estiras más el pescuezo y poniéndote derecho, se te ensancha el corazón?

¿Te percatas que hablas menos, y con mayor proyección? ¿Qué los nombres y los verbos salen menos de tu boca? ¿Y no te sientes idiota, sino muchísimo mejor?

Por los poros de mi cuerpo canturrea un ruiseñor, se contorsiona un jilguero, se adormece un picaflor.

Una abubilla me visita en mi momento mejor y golondrinas chiquitas se ponen el bañador y en mi piscina bonita se bañan sin ton ni son.

Es la fiesta de la vida que, hoy en todo su esplendor, te dice que estás en racha, que lo haces cada vez mejor.

LLEGÓ EL MOMENTO ESPERADO

Una extraña sensación física y también energética.

Mis cuerpos de luz se están activando a pasos agigantados.

Tengo chispas de energía que me suben y bajan.

No puedo dormir de noche. Entro de pronto en calor, de golpe me dan mareos…

La tercera dimensión está pasando a mejor vida. Estamos en plena ascensión y la cosa está divertida.

Se te afina la intuición, se acelera la alegría, la luz del Sol brilla más y Mamá Tierra se engalana por abajo y por arriba.

Ves el mundo más chiquito, más bonito y delicado, da igual si es redondo o plano, si es invierno o si es verano.

Todo lo relativizas, te ríes de los gusanos que quieren inocularte en cada telediario.

Es la fiesta del amor, la energía desbordada, puedes hacerlo mejor, pero mejor no hagas nada.

Porque todo es ya perfecto, sólo tienes que pensarlo, o gritarlo a los cuatro vientos. Está todo terminado.

Pero no es obligatorio, puedes seguir comulgando con las ruedas de molino que te siguen inyectando.

Con los miedos, las mentiras, las multas y los enfados que te hacen desviarte de tu misión, querido humano.

Tú eliges, yo ya lo he hecho. Me mudo hacia el otro plano, a crear la realidad que me merezco, mi hermano.

Ya me cansé de sufrir y de seguir mendigando.

El amor universal, está al alcance de tu mano.

Gaia te lo quiere dar, sin pedirte nada a cambio.

RECUPERANDO EL PODER

Recuperando el poder, ese que nunca perdí, pero que dejé olvidado mientras lo buscaba en ti.

Reconociendo mi fuerza, entre el callar y el oír. Sin decir tantas palabras, sin esforzarme, sin sufrir.

Viviendo cada momento, con alegría, paciencia, amor y benevolencia, esperanza y juventud.

Agradecida a la vida por la ternura, la inocencia, la magnífica experiencia de ser y estar sin acritud.

Es un regalo vivir con paz en el corazón, con belleza en la mirada e infinita gratitud.

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CON LOS OJOS DE UN NIÑO

Así quiero mirarte, con los ojos de un niño. Que juega sin cansarse, que no teme a la muerte.

Con los ojos abiertos, inmensos e infinitos, que todo lo asimilan, que todo lo descubren.

Con los ojos de un niño querido y deseado, cuidado y protegido, amado y respetado.

Un niño que se ríe, que pilla sus rabietas, que descubre la vida haciendo piruetas.

Así quiero mirarte mientras me quede aliento, sin más resentimiento, no supe hacerlo antes.

Descubriendo la vida así, a cada momento. Sin pensar en ayer, sin sufrir por llegar tarde.

La vida que es ahora, en mi eterno presente, donde todo es perfecto, porque vives en él.

Quiero ser ese niño que juega y se reboza de la risa sonora, del placer de sólo ser.

Porque la vida es eso, vivir cada momento, disfrutar del presente, sin que duela crecer.

NO TE QUIERO CONVENCER

No te quiero convencer, ya no me queda retranca. Ni las ganas, ni el deber, sólo un poco de esperanza.

Los caminos paralelos nunca se encuentran, no obstante llega un día en que llegamos al mismo sitio, sin darnos cuenta, sin trampas.

¡Es tan mágico el camino! Es un juego, una gozada. Te vas haciendo mayor y te ríes de tu estampa.

Todo está bien, ya no hay lucha, la guerra se terminó. La trinchera está desierta, sólo te queda el amor.

Pasaste por ese sitio y reescribiste el guión. Las páginas caducaron, sólo queda corazón.

Contemplas el escenario desde el palco principal. No te aprendes el diálogo, no tienes necesidad.

El protagonista es otro, otro ocupa tu lugar. Pasará por el camino, que tú ya no has de pasar.

Porque has llegado a destino, porque ocupas al lugar que ayer ocupó tu padre, ese al que llegaste a odiar cuando aquel día te dijo: ‘hijo ¿y tú qué sabrás?’

YO SÓLO QUIERO ESCRIBIR

Si sólo quiero escribir, pasarme el día escribiendo. Haciendo frases al mundo, construyendo nuevos sueños.

Saliéndome del guión, desvelando los misterios de las palabras en prosa cuando salen de aquí adentro.

Si sólo quiero escribir y contarte lo que siento, cuando descubro la vida sencilla, sin ornamentos.

Me conecto con el sol, saludo al aire y al viento, o me sumerjo en el mar sin hacerme mucho el muerto.

Me subo a aquella montaña, piso el valle, cultivo el huerto. Yo solo quiero escribir y explicarte lo que pienso.

Decirte que vales mucho, que no te creas más el cuento de los que lo saben todo, sobretodo darte miedo.

Hacerte sentir inútil, no dejar que cumplas tus sueños. Yo solo quiero escribir y decirte amigo mío, que tuyo es el universo.

Suelta el miedo, hombre inocente, desnúdate de temores, desnuda tu corazón y sabrás que es todo cierto.

Que la verdad más bonita es creer en el Amor, ese amor que no se marchita, que se expande y multiplica, el amor del mismo Dios.

CANCELA TUS MIEDOS

Sacúdete el miedo, cancela el control, libera tu mente, sal al exterior.

Cuando tu cabeza te empiece a explotar, dile firmemente: ¡lo cancelo y ya!

Puedes hacer magia, eres inmortal. Tú tienes las llaves, sal de ese lugar. Libera tu mente, respira y aprende que puedes crear lo que tú desees.

Que nada ni nadie tiene la manera de romperte el día, de llenarte de pena.

Que tú eres más sabio, más bello y más fuerte que cualquier marciano que venga a joderte.

¡Vamos! Sal de ahí. Controla tu mente. Salta, canta, baila. Libera tu mente.

Y grita bien alto: Yo soy bello y fuerte. Yo soy el creador. Yo soy el valiente, que en medio del caos renace de la muerte.

NO SUFRAS MÁS

Encerrados, secuestrados por nuestra mente pequeña que sólo conoce el miedo, que no se atreve, que no despierta.

Sufrientes, siempre sirvientes. Manipulados y esclavos, pequeños seres durmientes.

Que si la Iglesia, el estado, que si el dinero o la muerte.

Pasamos por este mundo, transparentes y dolientes.

Se está levantando el día, está llegando la luz que, siempre y aún a escondidas, te librará de tu cruz.

Porque aunque no te des cuenta, aunque sigas sin saberlo, la luz llamará a tu puerta y cesará el sufrimiento.

Y ya no hay vuelta atrás, la oscuridad ya ha perdido.

Sacúdete la pereza y empieza a celebrar el triunfo de la bondad, del amor y de todo lo bonito que ya es hora que disfrutes sólo por haber nacido.