Te engañaron amigo que transitas por esta corta vida.

La vida no es una tortura.

Unos pocos diseñaron tu día a día y tú, ingenuo y obediente, no tienes la osadía de salirte de la vía.

Vas viajando por la vida con la cabeza vacía, trabajas para pagar y nunca llegas a todo. Estudias para alcanzar lo que a otros les regalan. Vives para trabajar, sin disfrutar del ocaso, del mar, del sol, de tu hogar, de tus hijos o de tus ratos en que no haya que pensar más que en ti y en tus zapatos.

Han convertido tu vida en una cárcel oscura, en asfalto y humareda, en crisis, penas y culpas.

Han diseñado tus días con horarios imposibles, entre gritos, desafíos, enajenaciones y Netflix.

Los días son muy pesados, las semanas inservibles, los meses pasan a tu lado sin saber si es verano o primavera, si llueve o hay que ir al cine.

Eres un ser programado entre noticias adversas, las buenas nuevas, hermano, no te las cuentan.

Pero esta vida divina, bella, bonita, increíble, la vida que sólo viven los que tienen más posibles…no es para sufrir tanto, no naciste para eso. La Matrix que ellos crearon la rompes con un solo beso.

Con el calor de un abrazo, con la sonrisa de un niño, con una buena lechuga, con un paseo sin tiempo.

Tienes derecho a vivir la vida con un sentido, sólo por haber nacido eres el dueño de todo. Sin hacerle daño a nadie puedes ser libre a tu modo.

El conócete a ti mismo que pregonaban los sabios ponlo en práctica hermanito, sal de una vez del armario, de obligaciones impuestas, de órdenes y mandatos. Tú tienes todas las llaves, atrévete a dar el salto.