La suave brisa o el sol ardiente, la noche oscura, la tarde verde.
Son los testigos de mi locura, me siento libre, me siento pura.
Vivo mi vida tal como quiero, me gané a pulso tanto sosiego.
Y ahora los años no me hacen vieja, me hacen más sabia y menos pendeja.
Tú me acompañas, mi ser hermoso, mi piel morena, mi corazón rojo, mi linda voz de tierna doncella que nunca supo saberse bella.
Y hoy que me miro en ese espejo que sólo muestra tu fiel reflejo, te digo Asunta, Pankara querida, que eres la estrella que en el cielo brilla.
Que honro tu vida y tu camino, tu crecimiento y tu destino. Que eres hermosa, tierna y divina y que te amo Azucena mía.