Sólo el Amor nos reconforta, el Amor que somos, el Todo que nos unifica y nos hace iguales. No hay diferencia cuando nos comparamos desde el Amor.
Somos Amor, pertenecemos al mismo corazón latente en el universo que sólo Es Amor.
Cuando parece que no hay salida, cuando la noche oscura del alma nos visita, hay un refugio seguro.
El corazón. Nuestro corazón y el de cada uno de nuestros hermanos. Desde ese corazón unificado, nos reconocemos, nos acompañamos, nos consolamos, nos recuperamos.
El eterno corazón que nos conecta con nuestro Yo más puro y con la Tierra más amorosa y con el Cosmos más inmenso y contigo que me lees y contigo que me hablas y contigo que no me comprendes…
Desde el sol hasta el infinito, desde mis lágrimas, hasta tus risas, desde la oscuridad hasta la Luz.
La valentía es tu disposición a no saber. Expresar tu verdad. Andar tu camino. Hacer frente a la burla y el rechazo. Seguir adelante, a pesar de las voces en tu cabeza y los juicios de los demás. Y sin garantías de que llegues a lograrlo.
¡Nadie puede caminar por ti! Caminas en una soledad radical, desnudo frente a la vida, sin protección, sin muletas, sin ninguna autoridad externa. Sin una ideología que te salve. Sin una sola promesa más. Sólo el latido del corazón, y el aire en los pulmones, y la emoción y el terror de ser absolutamente libre, y ya nunca indiferente.
Y un saber de muy adentro. Y el llamado de tus antepasados. Y el suelo sosteniéndote. Y el sol alimentándote.
Y la fragancia del amor por todas partes. Y cálidas lágrimas corriendo por tus mejillas.
Y esta hermosa vulnerabilidad que te hace absolutamente inquebrantable.