Tumbada en mi hamaca de invierno y de verano, veo pasar el tiempo entre el sol y el solano.

Me río de mi misma y de mi absurda forma de tomarme la vida tan seria, tan profunda.

La vida es ese juego que aprendiste de niño, que no supiste como olvidaste un domingo.

La vida se disfraza de suspiros y guiños, te da una bofetada, te regala un cariño.

La vida, la más sabia y la más resabiada.

La dulce, la bastarda, esa vidita amarga, que te llena de miedo, de tristeza y revuelo, que te abraza de noche y te lleva hasta el cielo.

La vida, la perfecta, la vida, esa tan necia. La dualidad sublime, la carícia de cine. La vida, la rebelde, la vida la más santa.

Disfruta de tu vida, pequeño ser mortal, sólo dura un ratito, pronto se esfumará, dejándote un regusto dulzón y perfumado, saludará a los tuyos y se irá para otro lado.