Mírate las manos, esas manos sabias, esas dulces manos que cocinan, lavan, tocan mil botones, acarician, aman…
Mírate las manos, con dedos de maga, manos que están ávidas de miradas sabias.
Manos que agarraron con fuerza a sus hijos, manos que escribieron con tinta su destino.
Mírate las manos, cuando te desnudas, cuando te acaricias, cuando te maltratas, cuando eres la dueña de tus noches y la reina de tus días.
Las manos perfectas que siempre te acompañan.
Mírate las manos, bendice con ellas todos los bocados que comas, princesa.
Bendice con ellas tu carita bella, bendice tu cuerpo, tu alma pura y eterna.