Ya no busco frases célebres, ni teorías exquisitas, me conformo con mirarte y ver tu cara bonita.
Me veo en todas las caras, en los niños , en los viejos, en el vecino de al lado, en el profe del colegio.
Todos somos los maestros, nos labramos el futuro, desde el presente compuesto de pasados de barro y oro.
Somos eternos aprendices que se equivocan mil veces y vuelven a comenzar otras mil si así te apetece. Ya no hay culpas, ni perdones, todos somos inocentes, la vida es un laberinto de emociones emergentes.
No busques a más maestros que no saben más que tú. Regresa al fondo, ve al centro, abre tu corazón y escucha qué quiere decirte cuando se calla la voz de tu cabeza. El es el mayor maestro, el que nunca se equivoca, el que no habla con la boca el que tiene la razón. Razón conectada al alma, al humano que te escucha, al animal, a la roca, a todo el cosmos, al sol.
Desde tu sol interior conéctate con la vida que sonríe cada día y te abraza compasiva. La vida que se abre paso con cada respiración, hasta el último suspiro aprovecha este momento, es ahora, aun tienes tiempo, regresa a tu corazón.
Qué bonito! Un abrazo, amiga! 🙂
Me gustaMe gusta