Mirando hacia el interior, con paz, con calma y paciencia.
En el silencio exterior, sin que me hable la cabeza.
Me reconozco imponente, bella, grande, manifiesta.
Me gusto y me doy amor, me siento grande y perfecta.
Mirando hacia el interior, sin insectos al acecho, limpia de cualquier hedor, transparente ante el espejo.
Me veo un ser superior, me siento fuerte y segura, con la certeza interior de seguir a mi locura.
Sin límites, sin condición, sin reproches, ni amargura.
El amor es mi timón, la esperanza mi zona segura.
Sé que todo es lo mejor, lo que mi alma se merece para mi bien superior y el de mi buena gente.
Mirando hacia el interior, sin ruidos que molesten, con la mente calladita y el corazón resplandeciente. Bendigo cada momento en esta bendita tierra. Todo es como ha de ser. Voy remando hasta la meta.