Embustera, atropellada, esquiva y maleducada.
Distraída, atolondrada, resbaladiza, asustada.
Me llevas de cabeza, mente, cada día sin parar, por arriba y por debajo, sin dejarme descansar.
No me das tregua, querida, ya no sé cómo lidiar, tus embistes, tus paridas, tu absurda forma de pensar.
Ya me tienes hasta el gorro, déjame pues descansar, yo sólo te necesito para salir a comprar, para estudiar un poquito lo que he de memorizar, para saber si me quito el vestido por delante o por detrás.
Del resto ya no te ocupes, mente de mi corazón, estoy de ti bien cansada, me trastornas un montón.
Me confundes y me enredas en tu red de pensamientos, deja que no piense en nada, estoy harta de tus consejos.
De tus idas y venidas, de tus culpas y fracasos, de todas tus zancadillas, cuando voy a dar un paso.
Déjame vivir en paz, mente de mis malos sueños, ya tuviste tu ración, vete por Dios al infierno.
Lástima que sin ella, nos privaríamos de la lectura de tan preciadas letras!
Me gustaLe gusta a 1 persona