Meditando en silencio, sola o en compañía. Con palo santo o incienso y una vela encendida.
Me siento con las piernas en posición de loto 🪷 y así, poquito a poco controlo mi ansiedad.
Respiro y abro el pecho, mirando para dentro. Sin prisas que me obliguen a dejar de meditar.
Meditar es sencillo, no hacen falta maestros, no hay libros, ni cursillos, te basta tu conciencia, tu presencia bendita y tu esencia inmortal.
Medito cada día, como una letanía y así sé que mi vida consigue estar en paz.
Sin mucha expectativa, practico noche y día, conecto el tercer ojo con toda la eternidad.