Viejos huérfanos de amor, de cariño, de alegría,
en busca de una mamá que te quiera todavía.
Viejos llenos de rencor, de mentiras, de hipocresía,
viejos rotos de dolor, de enfermedad compartida.
Se llega pronto a ser viejo, sólo hay que ser paciente,
vete a dormir cada día y llegas a viejo de repente.
Se te encorvará la espalda, el pelo se vuelve gris,
los ojitos se te hunden, se te arruga la nariz.
Pero tú no te das cuenta, tienes ganas de correr
y vas buscando la teta que ayer te dio de comer.
Necesitados de amor, de risas de protección,
llegamos todos a viejos, sin ninguna vocación.
Aprendices de caricias, borrachos de puro amor,
sólo queremos que mami nos de cobijo y calor.
Es bonita la vejez, cuando se llega con calma,
sabiéndote poseedor de todo el amor del alma.
Abrazando tu vejez, tu brutal sabiduría,
tus ganas aún de comerte el mundo como el primer día.
Es bonita la vejez, cuando amas a tus padres,
a tus hijos y a tus nietos y a ti mucho más que a nadie.