Somos una orquesta, hermanos, afinada, acompasada, preparada, ilusionada, con la fuerza del Dios vivo que vive en nuestro corazón.
Somos la orquesta perfecta, la que suena conjuntada, la que ensaya cada día, para el concierto final.
El concierto de la vida y el de nuestra libertad.
Somos la orquesta queridos, cada cual con su instrumento, delicado, pluscuamperfecto, brillante, descomunal.
Vamos pues, ánimo amigos, vamos todos a tocar.