Cuando pierdes el miedo a la vida y la muerte, cuando sientes inerte el dolor que no duele ni tienes ya más lágrimas ni quieres ya llorarlas …
Cuando sueñas de día y trasnochas de noche, y escribes cuatro líneas y te quedas dormida.
Cuando ya no te incomodan las burlas ni los reproches, y todos los fantoches sólo te hacen cosquillas…
Es en ese momento que te sientes humana, hermana de los gatos y reina de tu reino. Sabionda por abuela y rebelde con causa. Me miro en el espejo y aún me siento bella.
Ya he vivido mi vida, mejor de lo que supe, pude hacerlo mejor pero esto no se ensaya.
En mi próxima vida seré también ingenua y seguiré al corazón porque él nunca te engaña.
Y ya no tengo miedo, ese miedo que aprieta, que te ahoga y te oprime y te vuelve más vieja.
Yo ya no tengo miedo y sé que hasta que muera, viviré cada día igual que hoy, tan contenta.
Si te atreves mi hermano, si saltas al vacío, sabrás bien lo que digo, yo te espero a la vuelta.