Si me falla la memoria no me recuerdes quién fui.
Háblame como si fuera una bonita palmera, o un pino lleno de piñas o una encina, un árbol bobo, uno de esos sauces tontos, que lloran a borbotones.
Hazme acariciar un gato, déjame oler una flor, que me pinche con la rosa y me embadurne de sol.
Llévame a bañarme al río, aunque prefiero ir al mar, y aunque haga mucho frío súbeme al monte a bailar.
Y si ya no sé quien soy, llévame hasta aquella estrella, ella seguirá mi huella, me conoce más que yo.