En tu mesa de siempre después de la siesta.
Perfumado y vestido para salir a escena.
Con tu barba recortada y tu perfume preferido
Con tu paso pequeño y tu enorme mirada
Con tu voz impecable, inolvidable, eterna.
Con tus gestos, tu risa socarrona y pequeña.
Con tu enorme figura y tu gran corazón, escondido en el fondo de tu caparazón.
Para un café con hielo o una copa de vino, para abrazarte un rato, poquito, sin ruido.
Ya sé que no te gustan los gestos y las risas, que prefieres hablar si hablas en las películas.
Pero ven un ratito nada más diez minutos y me explicas qué hacéis si nos extrañáis mucho. Si jugais al parchís o saltais a la comba, si pensáis mucho en mí como yo a todas horas.
Un abrazo papá te espero en esa mesa si vienes con mamá la fiesta ya es completa