Mi piel es terciopelo, mis arrugas son ríos, mis años los deseos de ser feliz contigo.
Mi rostro de princesa sin cuentos anticuados, mi corazón de niña, mis sueños rescatados de lugares antiguos, de dolores pasados. De recuerdos perdidos y jamás encontrados.
Me miro en el espejo de mi alma limpia y pura, después de mil batallas y cien mil aventuras.
Me reconozco bruja y sabia por linaje, como lo fue mi madre, mi abuela y todas las ancestras que aquí estuvistéis antes.
Y hoy que miro al cielo espero con mesura que llegue mi momento para irme con cordura. Pero aún falta mucho tiempo, estoy recién gozando de mi ser, de mi esencia, de todos mis redaños.
Y aún tengo muuucho tiempo para seguir gozando.
Seguiré envejeciencio sin prisa, es un regalo la vida que se vive a fuego lento, sin enfados.
Una vida tranquila, feliz y sosegada. La vida que merezco. La vida que hoy ya vivo en calma con mi alma.