«Esperar, no cansarse de esperar la alegría!»
Aunque llueva, aunque truene, aunque te obliguen a llevar mascarilla.
Tú eres más poderoso que cualquiera de tus guías, ya toca que lo comprendas, que lo sientas, que lo ejerzas.
Que dejes de ser esclavo de normas y penitencias, que te quites la pereza, que pienses ya por tu cuenta.
Que no te llenen de miedos, de normas y reprimendas, Que creas más en tí mismo, y en tu hermano en la consciencia.
El castigo, la mentira, el pecado y su condena, son conceptos tan antiguos…¿Cómo no nos damos cuenta?
Las normas no se inventaron para ponernos cadenas, la norma es mirar al cielo, y seguir aquella estrella: tu intuición, tu esencia pura, tu sabiduría hibernada que empieza a desperezarse y a saber que está despierta.
Toma las riendas amigo, empieza ya la revuelta.