…Pero no lo recordamos,
perdimos las llaves y todos los planos.
Éramos gigantes, teníamos alas, nuestra luz inmensa se cubrió de sombra.
Teníamos misiones y muchos trabajos, pero de esos que no dan trabajo.
Amasar el pan, plantar algún árbol, criar a los hijos, cuidar a los ancianos.
Una vida simple, sencilla, tranquila, sin prisa, sin coches, sin demasiada ira.
La vida gloriosa que tú te mereces, respirando el aire limpio y pescando tus peces.
La tierra tenía comida para todos, no había que comprarla, tan sólo sembrarla con amor y esmero, juntando las manos y mirando al cielo.
Y agradeciendo siempre por un nuevo dia, que hoy salga el sol es una maravilla.
Recuerda tu origen, regresa a tu esencia, ama y siente más, y ten un poquito de paciencia.
El mundo futuro merece tu inocencia.