El cielo se cubre, vuelan bajos los pájaros. Cada uno se resguarda donde mejor sabe. Oigo a lo lejos ladrar a unos perros y cantar a un gallo. Una vecina habla por teléfono. Se mueven las hojas de todos los árboles cual coreografía que ensaya su baile. Se esconden más pájaros, presagia tormenta, limpieza, sosiego, paz y calma tensa…
El motor de un coche ha roto la magia, no vivo en el bosque, pero tengo calma. No cae ni una gota pero ya está oscuro, las nubes se mueven siguiendo su curso. Tal vez no descargue la lluvia divina, tal vez sólo quiera asustar a mi vecina. Se escucha algún trueno, enpieza a llover. Doy gracias al cielo y me inclino ante Él.
Todo es tan perfecto, tan mágico y bello, el cielo es el prólogo de vivir sin miedo.
Contémplalo todo desde esa azotea, no repartas miedo, odios ni tristezas. Imita a ese pájaro, despliega tus alas, empieza la fiesta, pisa los charcos, baila. La vida te invita a mirar hacia dentro, el cielo, el infierno, es el mismo cuento. De ti depende quien será tu dueño.
Es tiempo de mirar, de vernos, aunque no me toques, te siento aquí dentro. Es el corazón quien nos habla ahora. Siente ya la lluvia, límpiate la cara y ten confianza, siempre hay un mañana.