Una pareja de cormoranes pesca cerca de la playa.
Son una delicia para la vista y un relax para el alma en nuestro baño matinal.
Otea el pescadito que tiene que pescar y de pronto se da un chapuzón ágil y rápido y se sumerge medio metro para comer su pescado fresco.
El cormorán es un regalo, una esperanza, un amor en movimiento.
Que vivan los cormoranes mientras yo me hago el muerto.