Y se te muere tu madre y se te muere tu padre y tus hijos se hacen grandes y tus amigos cobardes.
Y tú tiras para ‘alante’ con menos ganas que antes, porque se fueron muriendo tus ilusiones de infante.
Y te miras al espejo y te ves con más ojeras, las canas cubren tu pelo y las piernas son más lentas.
Y te sientes más cansada, un poquito menos flaca, tal vez algo más discreta y mucho, mucho más sabia.
Y te haces mucha falta y te quieres como nadie y te sabes solitaria, pero no necesitas a nadie.
Porque llegaste hasta aquí, porque tuyo es el camino, porque aunque tú no lo creas, tú eres tu propio destino.