Me paso los días esquivando al ego, ya me tiene frita con tanto trasiego.
Se esconde, me evita, regurgita y luego, se hace la víctima y ataca de nuevo.
Es maleducado, no tiene respeto, no avisa, no llama, aparece haciéndose el bueno, con cara de pena, con rabia, con cuento.
Y no engaña a nadie, es tonto el muy lerdo.
Pero va conmigo, es mi perfil bajo, mi error, mi castigo, mi humilde trabajo, para ser más lista que él y sin recato, cerrarle la puerta y largarme un rato por nuevos caminos sin egos baratos.