Como una orquesta perfecta, cada cual con su instrumento, vamos abriendo las puertas de los corazones buenos.
Esos que esperan inquietos, la emoción de este momento.
Afinados, preparados para sostener el alma y el cuerpo, con ilusión renovada, con la energía del no tiempo.
La distopía se acaba y con ella el sufrimiento.
Ven a mi orquesta del alma, únete al mundo perfecto.