No eres mejor que nadie. No te creas superior. No habrás entendido nada si quieres tener razón.
Esto es un aprendizaje lleno de ensayo y error. Hoy te ves en el espejo y eres tú hermano mayor.
Todos somos importantes, pequeños seres heridos, frágiles niños perdidos en el mar de la adultez.
Náufragos muertos de miedo, iracundos nauseabundos, esperpentos vagabundos exigiendo la atención.
Y hacemos mucho el ridículo si además te descontrolas. Si comes, fumas y tomas el alcohol que deshinibe y te vuelve del revés.
Observa ese niño chico que nadie nunca hizo caso, que de fracaso en fracaso anda demandando amor.
Observalo con paciencia con perpetua complacencia, abrázalo y dale mimos, sólo reclama tu amor.
Entonces tal vez un día ese chico desvalido dejará de ser un niño y saltará de emoción.
No tendrá que desmarcarse, que sufrir que destacarse, no volverá a arrodillarse solicitando atención.
Adultos llenos de miedo, de rabia, de desconsuelo, perdonad a ese pequeño que un día en vosotros habitó.