En las noches de verano cuando asoma tu fragancia, después de ponerse el sol y antes que la luna salga…
Me siento entre la maleza de hierbas y de palabras y escucho mi corazón y alimento bien mi alma.
Y doy gracias por vivir al filo de lo imposible, sin problemas por venir, con certezas intangibles.
Me doy gracias por tener la osadía imprescindible para salir bien airosa de los miedos irascibles.
Y practico el respirar por la nariz y la boca y ejercito las asanas y sacudo la ponzoña de las excusas baratas, de las quejas iracundas, de los odios heredados, de los amigos lejanos y los que nunca llegaron.
La vida es aquí y ahora y me gusta como soy, tan loca y tan cauta al tiempo. Un pedacito de sol en mitad del firmamento.
Y me recuerdo solita, triste y siempre enfurruñada y me río de mi misma y de mi vida pasada.
Hoy me pican los mosquitos pero no me importa nada.