En la noche sin luna, tumbada a la bartola, descansando de nada y agradeciendo por todo, te sueño dormidito entrando en esa estrella que te trajo hace un rato a este mundo de locos.
Te imagino cantando, chupando una galleta, diciéndole a las nubes que tu madre es divina. Que siempre tienes sed de sus tetas de fresa, que quisieras crecer pero siempre ser niño.
Que la vida es preciosa, siempre, a pesar de todo…Que ya no hace calor y la noche es bonita. Que tu padre te ama y cuidará de ti. Que nunca tendrás miedo. Que serás muy feliz.