Pequeñitas, revoltosas, no sois mis viejas amigas, más bien sois muy asquerosas, invasoras sin medida.
No habéis pedido permir para venir a vivir a mi cocina, mi baño, mi desván y mi jardín.
Sois muchas, maleducadas, pequeñas y malcriadas. Os posais en cualquier cosa, sea dulce, agria o apestosa.
No sé que hacer con vosotras porque no os quiero matar, pero tenéis que enterder que este no es vuestro lugar. Iros a jugar al patio del vecino más simpático, salid de mi propiedad, mi casa no es vuestro hogar.
Y no me hagáis que no os quiera, también sois hijas de la madre tierra, pero iros a jugar al patio, mi colegio no es un establo barato.
Bueno bella aqui te dejo, voy a mirarme al espejo. Dulces sueño tenga usted, sin moscas y sin café.