Por la noche, cuando cierras tus ojitos y te dispones a entrar en el mundo de los sueños, cuando le pides a tu alma que salga del cuerpo y se vaya un ratito a bailar con las estrellas… Entonces, cuando los ángeles de la guarda velan por ti, es entonces cuando te miras, te observas y te sientes feliz.
Pasaste otro día lleno de vida. Comiste sano y hablaste poco, reiste mucho y respiraste bien. Criticaste poco y te enfadaste menos, no echaste la culpa ni a éste ni a aquel.
Entonces, respiras y te das las gracias, por la vida vivida y hasta por las desgracias. Por todas las cosas que te dio la vida, las risas, los llantos, hasta las mentiras. Todo suma, amigo, es tu aprendizaje, nadie dijo nunca que esto fuese fácil.
Tenemos volcanes en plena erupción y algún precipicio para la emoción. Tenemos conciertos, bailes de salón, tenemos tristezas, poca compasión.
No pases por la vida sin haber vivido, vinimos al mundo a experimentar, abre bien las alas, eres infinito, no te sientas sólo y échate a volar.
La vida es un torbellino que te da un subidón y al rato siguiente te quita la ilusión y de ti depende saberla llevar y domesticarla como a un animal.
Haz versos, pinturas, baila, canta, ríe.
Sueña la hermosura de sentirte libre