Pero pedid bien añadiría yo…
Pedid con confianza y con seguridad, con la certeza absoluta del total merecimiento.
Pedid sabiéndoos dignos de recibir todos las bendiciones, pedid con la humildad y la seguridad de que seréis escuchados.
Pedid lo justo, lo bueno, lo necesario, lo maravilloso.
Pedid sin miedo, sin dudas, sin desconfianza.
Pedid porque sois merecedores de toda la abundancia, y porque hay para todos siempre. No practiquéis la escasez: ni la material, ni la espiritual. Sois, somos abundantes, somos infinitos, somos únicos, somos un regalo para nosotros mismos. Destápate el corazón, desnúdate el alma, disfrútate amigo porque te lo mereces.