Pasó el tiempo de quejarse, de enfadarse con cualquiera.
Pasó el tiempo de enojarse y querer tener razón.
Si no voy a convercerte ni pretendo enamorarte, ni siquiera me apetece que entiendas mi posición.
Ya no toca el grito inútil, levantar la voz, el llanto, perder los nervios es ingrato y no ayuda a mi presión.
Tampoco quiero ignorarte, ni parecer más sensato, me conformo con vivir en paz con mi corazón.
De manera que agradezco, lo vivido, lo ignorado, lo sufrido, lo gastado…
Agradezco por estar en este tiempo imperfecto, en mi mundo consagrado, con mi gente, con mis gatos, conmigo en mi bienestar.
Agradezco haber pasado por buenos y malos ratos, por caminos imposibles, por rutas que van al mar.
Agradezco por los mares, por los ríos, por las fuentes, agradezco y agradezco y agradezco sin parar.