Y le llaman profesión a un oficio apasionante integrado por ¿actores? cada vez más delirantes.
Ponemos voces y gestos en películas y series y ganamos un buen sueldo y lo pasamos bien a veces.
Pero eso ya es historia, ahora la moda es el casco y leer y ser un loro, sin que a nadie le haga ascos.
¿Ascos? Si están encantados, son los reyes de la sala. Nunca saben lo que dicen, pero nunca pasa nada.
Directores que no dirigen, actores de medio pelo, aquí lo único que cuenta es quitarle el papel al compañero.
Y eso sí, ser muy risueño y hacer ver que eres simpático, no vaya a ser que el de turno no te llame ni para ir al lavabo.
Y venga escuelas on line, y másteres y maestros del doblaje, qué delicia¡¡ Cuánto cuento, cuánto cuento!
Profesión de zancadillas, como añoro aquellos tiempos!!!
Desmitifica la vida. Acabó siendo mentira tu ilusión fue un puro invento.