Me cuidaron y cuidé y ellos están hoy cuidando y de ese modo la vida se va así misma replicando.
Y es ley de vida que sufras y no entiendas y no sepas, la vida tiene sus normas, ya no es tu tiempo, ni son tus reglas.
Padres que tienen sus hijos, hijos que se hacen mayores al tiempo que se vuelven viejos sus progenitores.
Y es así como ha de ser, sin que nadie lo remedie, la vida pasa volando y el baile sigue indeleble.
Todo cambia, nada permanece, aunque parezca mentira, tus hijos no son tus hijos, son los hijos de la vida.
Mírate pues al espejo, en el fondo de tus ojos que aún brillan como al principio, aunque miren de reojo.
Toca tu piel, tus arrugas, tus mechones hoy canosos, saben lo que es la ternura cuando tu nieto te mira a los ojos.
Vive y déjalos vivir, vivir es una aventura, cada quien con sus zapatos ha de andar su propia ruta.