Aprender a no hacer nada no es holgazanear. Aunque la mente lo intente no te dejes apabullar por sus mensajes hirientes.
No hacer nada es hacer más si estás consciente, si eres consecuente, si unificas tu pensar, con tu hacer y tu decir. Y te sientes respirar hasta el fondo, sin sufrir.
No hacer nada es meditar, y en estos convulsos tiempos, vale más no dar palos de ciego.
Noticias de aquí y de allá…
Empieza a diseccionar la realidad que se ofrece como si fuera verdad.
Parece que nadie sabe lo que tiene que pasar, lo cierto es que el sol de tarde dentro de un rato se irá y mañana volverá a alumbrar en tu ciudad.
Mientras no se oscurezca el sol, seguiremos el camino, escucha a tu corazón, ese es tu único destino.