Hoy he conocido a un ángel que llevaba mascarilla, hablaba con voz melosa, su carita era de mantequilla.
Apareció de la nada, como si de magia se tratara, te recomiendo que creas en ella, aparece cuando menos te lo esperas.
La magia está por doquier, en la calle, el autobús, en tu casa y en tu ser.
Sólo tienes que invocarla, mimarla y acariciarla. Ella solita aparece, te acuna, te fortalece.
Mi angelito hoy me ayudó, me regaló su compasión. Su pasión por comprender en medio de tanto vaivén.
Benditos sean los ángeles que aparecen de la nada y te llenan de alegría el alma.