Hoy tengo ganas de siesta, de tumbarme a la bartola, de escuchar los pajaritos, de ver volar mariposas.
Hoy me embarga un sueño antiguo, un sueño ancestral y eterno. Donde no piquen los mosquitos, ni oiga roncar a mi abuelo.
Ese sueño de película, con una banda sonora que acaricie tu mejilla sin rozarte.
Hoy no puedo hacer la siesta, tampoco podré mañana, pero como aun no estoy muerta, me reservo para el fin de semana.
Tiempos de verano para siestear…
Me encanta esa tenue luz que se filtra por entre las hendiduras de las persianas bajadas… Esos diminutos orificios proyectan sobre la pared, como si fuera una cámara, los escasos vehículos y peatones que se atreven a circular en estas horas de extremo calor… Son recuerdos de la infancia en el pueblo de mis abuelos.
Buena tarde 🙂
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De qué pueblo eran tus abuelos?
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Uno de Sevilla y otro de Sóller. Pero el pueblo en cuestión es Écija.
Un abrazo y feliz verano, como dices, surfeando entre el caos! 😉
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