Te aconsejan los místicos, los que todo lo saben, los que surfean por encima de la realidad irreal de esta tercera dimensión.
Esclavos de la materia, entre el cielo y la tierra, elevando los ojos al cielo y queriendo desaparecer entre las nubes.
O mejor en el mar, navegando sin rumbo, entre delfines que juegan y te susurran canciones de todos los tiempos
¿Qué hacemos en esta tierra ignota cuya gravedad me pesa tanto que apenas consigo respirar?
Emborracharnos de Pachamama, escalar las montañas, atravesar los rios…
Nada más haría.
Bueno si, acunar a mi nieto bajo una higuera centenaria.