Tu mirada es un espejo donde puedo ver tu alma. Cuando me miras la veo limpia y pura y preparada para otra nueva aventura.
Tu risa tan socarrona, presagia grandes hazañas, subiendo y bajando las más bonitas montañas, o jugando con el viento o nadando en muchas calas.
Tus manos tan chiquititas, se enmarañan en tu cara, son manos que te acarician tan sólo con mirarlas.
Tus pies están preparados para grandes caminatas, tienes dones y talentos, y se merecen que los compartas.
Eres sabio mi chiquito, como todos al nacer, seguro que tu sabrás conservar ese saber.
No permitas que te engañen, no te dejes dominar, sé siempre sincero y noble, contigo, con tus papás, con los seres que compartan contigo tu caminar.
Dios en ti se ha transformado para hacernos suspirar y creer más en la vida y amarte hasta el infinito y más allá.