De golpe, me transformaron en una persona “anciana”.
De golpe, comenzaron a tratarme como si fuera una persona “limitada”, a la que hay que «ayudar» porque sola «no puede o no sabe».
De golpe, el Mundo se debate si dejarnos encerrados o no, si valemos la pena vivos o no.
Pero, ¿qué les pasa? ¿Quién construyó este Mundo que ahora viven?
Déjennos, cuidarnos solos/as, Nosotros/as, los que hasta hace media hora dirigíamos fábricas, organizaciones, instituciones o éramos profesionales independientes. No perdimos ni la razón, ni el juicio. No nos cuiden de manera incorrecta. Consulten, con nosotros/as qué hacer, tenemos sabiduría, experiencia, sentido común y menos miedo que ustedes, los más jóvenes. También, tenemos sentimientos y proyectos en la Vida.
De la misma manera, que un púber de 13 años no se equipara a un joven de 25 y ambos están en diferentes etapas de la adolescencia, una persona de 65 o 70 no se equipara a una de 90, siendo ambas personas mayores en edad.
No se equivoquen. A nuestra edad, tenemos mucho para enseñar y ustedes mucho que aprender. Ser “mayor”, no es una “plaga”. Es un Derecho al que ustedes los jóvenes y Dirigentes no querrán renunciar.
¡¡No nos pidan a nosotros que renunciemos!!