Sois un cuento de familia, panderetas y tambores.
Vais de farol por la vida vendiendo humo de colores.
Siempre habrá alguien que compre vuestras vainas de ilusiones.
Son muchos los desvalidos que caen en vuestros calzones.
Vendéis fuegos de artificio, mil pamemas, cien sermones.
Sois lo peor del oficio de los maestros mandones.
Libráos de los bendecidos por las áureas bendiciones que ellos mismos se proclaman para enredar corazones de los incautos alumnos de maestrillos abusones.
Igualmente os doy las gracias por tantas intromisiones.
He aprendido a confiar en mis propias intuiciones.