No me canso de esperar con alegría que se abra la puerta de ese avión
para ver tu carita y tus ojazos que me miran desde el corazón.
La luz que se asoma por tus ojos es la luz que me acerca a la ilusión
de saber que un día, sé que pronto, volverás para quedarte, coliflor.
Te extraño y tú lo sabes y lo sientes, como yo sé que tu vida es una flor
que esté donde esté olerá siempre, a perfume de hogar y a tu pasión.
Estés donde estés quiero que sepas que latimos al unísono, mi amor.