Llegas sin pedir permiso, de improviso y a traición.
Nunca llamas a la puerta, eres un vulgar ladrón que arrebatas el descanso, que nos llenas de dolor.
Quítate la máscara, no seas insensato, muéstrate de frente, sé un poco más humano.
Atacas de noche, en mitad del sueño, eres despiadado, dolor del infierno.
Apareces siempre furioso, tremendo… ¡Vete de mi casa, vete, te lo ordeno!
Sal de mi cabeza y olvida mi cuerpo, no tienes permiso, ya no eres mi dueño
Dolor del diablo, mezquino, cruel, deja que te olvide. ¡Vete de una vez!