Se escucha bajito, cuando estás en silencio.
Te sale de dentro, viene de muy lejos.
Puedes hacer oídos sordos y seguir trabajando, durmiendo y despertando.
Pero la Madre insiste y a la madre siempre se la escucha.
Su llamada es un grito de libertad.
Desafiando al miedo, abandonando tu zona de confort, superando la cotidianidad, me dispongo a seguir la llamada de la Tierra. Quiero recibir su mensaje.