El padre sol se abre paso y nos regala un nuevo día. Cada día es único, irrepetible, sagrado, como nuestra vida. Es un regalo, un milagro, un misterio, una oportunidad.
La magia es infinita, lo invisible se hace visible cuando abrimos los ojos hacia el interior. Cuando nos miramos y nos reconocemos, cuando nos sabemos eternos e inconmensurables. Cuando trascendemos la materia y nos conectamos con el espíritu, con el nuestro, con el tuyo, con el de la madre tierra, con el de todo el universo, con Dios.
