«Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad».
Kahlil Gibran
Me ha costado entender a Gibran, me he resistido a aceptar el profundo y precioso mensaje que hace muchos años quisieron mostrarme y no podía llegar a comprender…
La vida es un continuo aprendizaje, y en cada etapa nos toca aprender algo nuevo.
Abrir los ojos y ver a mis hijas hoy, después de treinta años, me reconcilia conmigo misma y con mi eterno inconformismo. Mi ego sigue en pie, queriendo ser el protagonista de unas vidas que no me pertenecen pero de las que me siento profundamente orgullosa y eternamente agradecida.
Mis hijas son las hijas de la vida y un regalo que ésta me ha dado. Mis hijas son un tesoro infinito para ellas mismas, son unas maestras para mí y unas guerreras de luz que alumbran el camino de quienes comparten su vida.
Todo está bien, todo es como ha de ser. Gracias💜