Descubrir que todo es mentira, caer del guindo, saltar sin red.
Escoger el camino sin guía, atreverte a nadar sin salvavidas.
Sentirte solo en la vida, verte como un bicho raro. Hablar con el que viaja a tu lado y aguantarte sin llorar.
Saber que este es el camino, a pesar de los obstáculos, sentir que estás en lo cierto, sin saber si vas a acertar.
Así es mi vida, querido, después del gran despertar.
Nos engañaron en todo, eso creo adivinar y ahora ya me siento vieja para volver a confiar…
Habrá que rehacer la vida sin mirar mucho hacia atrás, retomando las caricias que regalaba mamá.
Creyendo en el arco iris y en toda la humanidad.
Disfrutando el equinoccio, mojándote en la tempestad.
Recorriendo los caminos que no pudiste abordar cuando la vida era sólo levantarse a trabajar.
Habrá que empezar de nuevo sin creer ya nada más que en ti misma y en tu cielo, ese que siempre ahí está.
Tú te sabes la preguntas, las respuestas… ¡qué más da!
Muchas veces solo, al final encuentras a los que han elegido el mismo camino que el tuyo!
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