Sólo tres horas sin luz y se encienden las alarmas. Se calienta el pensamiento y se congela la casa.
Todo se vuelve sencillo, no funciona casi nada. Empieza a hacer mucho frío, el miedo te invade el alma.
Y no estamos preparados para vivir sin tener luz eléctrica, una tele, la radio o el internet.
Todo está interconectado, y estamos tan encantados, no disponemos de nada y nada está en nuestra mano.
Te recomiendo que tengas una estufa de butano, una radio de galena, leña seca a tu costado.
Mucha fe, algo de paciencia, y el amor que Dios te ha dado.
Cualquier día, amigos míos, tendremos que echarle mano a las velas, las canciones, los cuentos de nuestros antepasados, para que junto a la hoguera nos demos todos las manos.